Consulta nuestro calendario de ensayos, en Ensayos

sábado, 12 de febrero de 2011

Presentación

Tres décadas ha sido tiempo más que suficiente para qué muchos de nosotros hayamos podido nacer a la Semana Santa y crecer en ella alcanzando la madurez. Otros muchos han visto llegar, por ley de vida, el ocaso de esta preciosa etapa. También están los que acaban de empezar y saborean este mundillo con el sabor irrepetible de la primera vez, de saberse miembro activo de algo grande en San Fernando, en su Semana Mayor. Y junto a dilatada hilera de cargadores que forman parte de nuestra JCC, han llegado aquí amigos, sobrinos y sobre todo hijos e hijas.
El resultado es que, hoy en día, campan por nuestra asociación prenumerarios y prenumerarias en número tal, que amenaza con convertirse en una “segunda columna”.
Ilusión es lo que podemos ver algunos en ellos; pero no nos engañemos: no lo es. Es pura fiebre. Fiebre de palo y de almohá. De una marcha que suene, un compañero delante y otro, o otra, detrás. La misma fiebre que lleva a tíos como trinquetes a cabrearse por una recogida o por una calle ancha. En definitiva … fiebre de carga.
Y esto es un valor, un activo para la asociación. Es futuro, continuidad, esperanza en que lo nuestro no se perderá. Así que había que plantearse si hacer algo: Sonreír con condescendencia y mirándoles por encima del hombro (todo ello acompañado del “po no te quea na”); o dar una respuesta tenue, en forma de parihuela para un evento enfocado hacia la propia asociación, particular, personal, íntimo. Y se decidió por una respuesta que dejara claro
Lo primero estuvo siempre claro: Es nuestra oportunidad de exaltar a la Virgen del Rosario, patrona estatutaria de la JCC. Para ello se encarga al escultor y socio Óscar Añino San Jorge la realización de una imagen de la que es, repito nuestra patrona.
En segundo lugar, se piensa en realizar una parihuela para con ella llevar a cabo una procesión de alabanza, parihuela que se piensa en que realicen los socios de la JCC bajo la dirección del propio Óscar.
Sin embargo, y en el último momento, cuando ya la idea parihuela había prevalecido, es cuando Oscar Añino plantea hacer un paso. Un paso a la altura de las circunstancias, un paso que se adapte a las características de quienes deben portarlo… … pero un paso.



La idea se basa en dos principios. Primero utilizar materiales plásticos: cuyo peso se adapta a jóvenes sin todo su potencial físico desarrollado y, además, de coste al alcance de las posibilidades de nuestra asociación. En segundo lugar en que había que transmitir ilusión y ganas de colaborar a los socios. Y, una vez, cada uno de acuerdo a sus posibilidades, sale al frente un grupo de socios dispuestos a que, en La Isla, haya un momento más de compartir devoción, vivencias y disfrute.
O sea que, como siempre, sale al frente un gran proyecto: Un paso. Una parihuela no; un paso: una mesa, las caídas; ¿respiraderos?; ¿canasto?; candelabros/faroles. Otra vez intentar llegar alto. Hacer las cosas bien y presentar algo al nivel de la ilusión de aquellos a los que está dirigido y, por otro , al de la que a partir de ahora recibirá muestra de nuestra devoción y de nuestro cariño, ofreciéndole lo más preciado que tenemos: nuestros jovencísimos cargadores cofrades.